El viernes pasado se estrenó, en Estados Unidos, en la cadena NBC otra serie más basada en un cómics: Hellblazer. Al igual que Gotham y The Flash, pertenece a DC Comics. Aunque ese nombre no os sonará de nada, seguro que a algunos sí se acordarán de una película llamada Constantine (es el apellido del protagonista del cómic) y protagonizada por Keanu Reeves. Pero las similitudes con la película son menores con la serie, ya que la serie se acerca mucho más al cómic. John Constantine vuelve a ser rubio (aunque el pelo de Matt Ryan está claramente teñido) y recupera sus orígenes británicas. Pero, por impedimentos televisivos (NBC es un canal en abierto como lo serían en España Antena 3, Telecinco, …) pierde su «manía» de fumar y es reemplazado por la abundancia de la presencia del mechero. La gran diferencia entre Constantine y las demás series que hay actualmente sobre personajes sacados de cómics, es que el rubio inglés es más bien un antihéroe, al que le gustan muchos vicios (alcohol y tabaco) y no es del todo simpático a primeras vistas. Esa es la carta con la que tendrán que jugar los productores de la serie para lograr atraer a la audiencia que no conoce al protagonista, y después del primer capítulo parece que hay mucho trabajo que hacer.
Funcionó
Al igual que en el primer capítulo de Gotham, Constantine logra recoger el universo oscuro que existe en Hellblazer. Claro está que al tratarse de temas ocultos y de una lucha contra los demonios por parte del protagonista, hubiera sido insensato tener tonos muy vivos, con la excepción del taxi amarillo. Además, los aspectos no humanos, o que no son de nuestro mundo, han sido bien integrados en la trama y le dan un toque extra de horror (aunque no al estilo de un American Horror Story o The Strain). La presentación de John Constantine se hace algo rápido en el capítulo, volveré a ello en la parte «no funcionó», pero ya tenemos por lo menos una idea de quién es y por qué hace lo que está haciendo. Se enfocó mucho sobre la muerte de la niña, Astra, y sus intenciones de futuro sobre el demonio que la mató. También se puede decir que los rasgos principales que hacen a Constantine están presentes, con quizás la única ausencia de su adicción al tabaco. Los efectos especiales usados eran bastante decentes, aunque dudo que se pueda hacer peor que Once upon a time, especialmente el final con las manos de Constantine en fuego.
No funcionó
El capítulo fue centrado principalmente en el personaje de Liv y se tardó demasiado tiempo en explicar quién era y cuál era su relación con Constantine, todo eso a pesar de que su personaje no volverá a aparecer en la serie. Me pareció una pérdida de tiempo que se nos presentara a alguien, a sabiendas de que su importancia en el resto de la temporada es nulo. Bien podría haberse tomado más tiempo en presentar a Constantine, ya que algunos de sus aspectos han sido soltados en momentos no adecuados y como si fuera una obligación de decirlos, como ha sido el caso de su infancia y sus padres. Después de ese primer capítulo, tenemos la sensación de conocer mejor a Liv que a Constantine, aunque no dudo que a lo largo de la temporada se desvelará más cosas sobre él. Pero el problema es que eso no se puede hacer en el primer capítulo de la serie, que tiene la labor de captar a la audiencia y engancharla para que siga viendo la serie. Otro aspecto que me molestó un poco, es el ritmo que ha tenido el capítulo en el que no se paraba de soltar información y no dejaba tiempo para asimilar todo. Tampoco se centró mucho en Chas, el taxista que no puede morir, y cómo conoció a Constantine y cuánto conoce del mundo del exorcismo; lo mismo se puede decir de Manny (nombre raro para un ángel) que tiene más pinta de ser un demonio que un ángel con esos ojos amarillos.
Volviendo a Liv, y aparte de su breve presencia en la serie, su personaje me pareció bastante ridículo y casi inadecuado para introducirnos en la serie. Un buen ejemplo de ello, es cuando se formó un cráter enfrente de ella y lo primero que hizo al ver a Constantine ha sido amenazarlo con un bote de spray. Sus reacciones frente al descubrimiento de un mundo nuevo fueron inconsistentes y no ayudaron a asentar las bases de la serie. Sobre todo teniendo en cuenta que su única utilidad era la de asimilar su personaje a la audiencia que descubre todo al mismo tiempo que ella.
Conclusión
«Non Est Asylum» no logró convencerme de que la serie era interesante, y eso se debe principalmente por sus elecciones bastante erróneas para un primer capítulo. Centrar toda la historia en un personaje, Liv, que no tendrá importancia en el resto de la temporada es una muy mal elección y no permite hacerse una idea real del potencial que puede tener la serie y sus personajes principales. Aunque eso se debe a que los productores prefirieron tener una protagonista que sí aparece en el cómic frente a un personaje creado para la serie, espero que no perjudique demasiado la trama en los siguientes capítulos. Sigo pensando que la serie sí puede ser interesante gracias a un protagonista muy diferente de lo que se ve habitualmente, pero después de ese primer capítulo se ve que la serie sufrirá de sus restricciones al no emitirse en un canal de cable y que estará obligado a limitarse en muchos aspectos, uno de ellos la dependencia a la nicotina de John Constantine. Habrá que ver unos capítulos más para hacerse una buena idea y si la serie merece realmente ser seguida, porque de momento no merecería la pena. Sobre todo que la competencia tiene series de mejor calibre en el mismo género.