La semana pasada dudé en escribir algo sobre el estreno de la tercera, y última, temporada de The Newsroom pero al final me decanté por The Walking Dead, principalmente porque quería saber dónde nos iba a llevar la historia con Neal y si iba a ser una especie de repetición de la historia central de la 2ª temporada sobre el caso Genoa o una interpretación propia del caso Snowden. Temía que Aaron Sorkin (creador y guionista de la serie) iba a repetir el mismo error de la temporada pasada (que no brilló tanto que la primera), pero el capítulo de esta semana disipó mis dudas y dan a entender que los 4 capítulos que quedan a la serie serán igual de buenos e intensos que los dos que tuvimos hasta ahora. Casi da pena que estamos llegando al final de la serie. Una serie que, a pesar de sus malos momentos, ha sido capaz de retratar de una manera más que interesante la redacción de una cadena de televisión dedicada a las noticias (al estilo de CNN), con un reparto muy bueno de actores prometedores, capitaneados por un imperial Jeff Daniels.
Volviendo al capítulo de la semana, las cosas pintan muy mal para Neal que sin darse cuenta se ha metido en un lio grande, retratado por el mensaje de Will que le aconseja de huir. Aunque el capítulo estaba centrado principalmente en esa historia, también hubo tiempo para hablar sobre la más que inminente venta de la cadena por parte de los hermanastros de Reese, el «robo» de información de Maggie o la relación cómico-romántica entre Sloan y Don. Todas y cada una de las distintas intrigas de la semana fueron bastante interesante, aunque el desayuno entre Sloan y Don permitió dar un toque de humor al capítulo debido a la seriedad de los hechos y de lo que pasará con Neal. A pesar de que sea demasiado temprano para estar seguros de los acontecimientos que van a ocurrir, todo apunta a que Aaron Sorkin decidió darlo todo para la última temporada y apostar por hacer una interpretación propia del caso Snowden como historia central de la temporada. Cierto es que no se trata de las escuchas ilegales de la NSA, pero el tema tratado es igual de serio y peligroso (si fuera real), y prueba de ello es la invasión del FBI en la sala de noticias de la cadena. Aunque lo que más me sorprendió era que al principio del capítulo, Will estaba por la labor de no seguir en adelante con la investigación para proteger a Neal de cualquier condena, y a favor estaba MacKenzie; como si los roles se habían cambiado. Será interesante ver cómo en cuatro capítulos se podrá ver todo el desarrollo de la historia, tanto en la investigación para su posterior noticia en la cadena pero también la fuga de Neal frente a los agentes federales.
Otro de los problemas a los que tendrá que enfrentarse ACN es la venta de la cadena a otra empresa. Me sorprendió, positivamente, la presencia de Kat Dennings, interpretando a una de las hermanas de Reese que quieren vender la empresa. A pesar de las buenas intenciones de Reese, y de Charlie que vino en su ayuda, el panorama es muy oscuro para ambos ya que la madre del primero prometió entregar 4.000 millones en 10 días, suma que obviamente no tiene. Aunque me da que Sloan tendrá cierta implicación en el tema ya que el argumento que tuvo con Don durante el desayuno era sobre el hecho de que se haya enriquecido con información privilegiada. Una relación tan peculiar entre dos personajes totalmente opuestos en apariencia pero que al mismo tiempo dan ganas de que sigan juntos por lo interesante que son. Además, las interpretaciones de Olivia Munn (Sloan) y Thomas Sadoski (Don) siguen siendo de lo mejor de la serie y permiten dar cierto respiro, y humor, a las tramas principales.
Por último, me pareció muy interesante la secuencia del tren con Maggie y la escucha telefónica en la que pudo recoger información «privada» sobre un tema político jugoso. Aunque Maggie se echó atrás, por pensar que lo que hizo no era éticamente bien, permite abrir el debate sobre el uso que hacen los periodistas sobre la información que reciben y sobre sus fuentes de información. Es cierto que el caso expuesto era bastante peculiar, pero la actitud de Maggie a la hora de recoger la información no fue de lo más correcto a mi parecer; incluso los argumentos que le soltó luego a Richard Westbrook (la persona que estaba hablando por teléfono con otro periodista) para poder usar la información. También logró al final recibir algo en recompensa, quizás no sobre el mismo tema pero al fin y al cabo, una primicia sobre un informe y una entrevista exclusiva. Porque no hay que olvidar que la temática principal de la serie es el periodismo, algo no siempre bien aprovechado por las series y lo que hace de The Newsroom una serie muy buena de ver, tanto para gente del periodismo, como para los seriéfilos deseosos de series que se destaquen del lote. Y para los que aún no han oído hablar de la serie, os aconsejo a que empecéis ya a verla, sobre todo que las temporadas son muy cortas (diez y nueve capítulos para las temporadas 1 y 2).