Os dejo el player para los que quieran leer el artículo con la canción que se pudo escuchar a lo largo del capítulo de la semana (Ben Howard – Oats in the Water).
La semana pasada vimos como Hershel entraba en el bloque dónde estaban aislados todos los enfermos, y por lo tanto el capítulo de esta semana se centraba principalmente sobre este acontecimiento. La famosa noche que iba a decidir si los que estaban enfermos sobrevivían o se transformarían en walker. Para ello, Hershel estuvo acompañado a lo largo del capítulo por Sasha y Glenn, que no tenían muy buena pinta y daban la impresión de estar entre la vida y la muerte. También Rick tuvo derecho a cierto protagonismo con su hijo Carl, mostrándonos la complicada relación que hay entre padre e hijo pero también su rol en el grupo y su implicación en la cárcel. Un capítulo interesante que puso en adelante el personaje de Hershel y del que su final nos anuncia un capítulo aún más interesante para la próxima semana.
O todos o nadie
La conversación que tuvo Hershel con el médico resumía perfectamente la situación que reinaba en la cárcel. Hershel no estaba dispuesto a abandonar a ninguno de los enfermos, aunque éste estaba claramente condenado a morir, como era el caso del doctor y sus ojos sangrientos. Además, el médico sí se había preparado para el peor de los casos y se había traído una pistola por si las cosas no se pasaran de la mejor de las maneras. Y claro está que en The Walking Dead las cosas nunca pasan de manera tranquila. Todos sabían que las posibilidades de sobrevivir a la enfermedad eran casi nulas sin medicamentos, y incluso algunos se murieron durante la noche. Pero en un intento de no desmoralizar aún más los estados de los enfermos, Hershel llevaba a otra pieza a los que morían para matarlos lejos de todos estos ojos enfermos y deprimidos. Eso sí, no era él quién los mataba pero Glenn o Sasha, sus ayudantes para la noche. Ayudantes que estaban en una situación más que crítica y que a pesar de ello ayudaban a Hershel, que se cegaba a salvar a todos, porque estaba seguro que aquello era tan sólo un reto por parte del Señor y que se saldrán de ello reforzados. Aunque no dudo que este episodio hará que el grupo esté más unido, sus intenciones no eran del todo buenas porque al empeñarse en salvar a todo el mundo y esconder los muertos, pudo su propia vida en peligro y costó la de algunos de los enfermos que quizás podrían haber sido salvados.
Mientras tanto, en el universo Rick, vimos como después de contarle a Maggie lo que hizo con Carol, pidiendo de paso su aprobación de cierta manera preguntándole que hubiera hecho, y como estaban los otros, volvió a sus ocupaciones. Aunque tuvo que dejar su jardín para ayudar a Maggie a mejorar las vallas que están a punto de caer por la presencia cada vez mayor de walkers. Mientras mejoraban las defensas de la valla, oyeron tiros y Rick permitió a Maggie a que acudiera al rescate de su padre y de su amado; obligando a Rick a pedirle ayuda a la única persona que estaba disponible pero que no quería que le ayudara, Carl. Este último, ansioso de poder ayudar a su padre de cualquier manera posible acudió sin rechistar. Es ahí que vimos como le cuesta demasiado a Rick aceptar el hecho de que su hijo, a pesar de ser un niño, no puede seguir apartado de la realidad y vivir en una burbuja aislado de este mundo apocalíptico (lo que está haciendo con Judith). Prueba de ello ha sido la gran ayuda que resultó ser su hijo cuando los walkers tumbaron la valla sin problema y amenazaban con penetrar la cárcel. Armados con (M4) rifles automáticos se pusieron a cortar de seco la invasión enemiga y se deshicieron sin mucha pena del centenar de walkers presentes. Reforzando de paso la relación padre-hijo que estaba bastante tensa desde el principio de la temporada pero que poco a poco se está normalizando.
En la cárcel, las cosas se le escaparon de la mano a Hershel y todo parecía listo para que otra hecatombe ocurriera pero logró, con algo de dificultad, tomar el control de la situación y deshacerse de los pocos walkers que se habían levantado e intentaban matarlo a él y los demás. Lizzie, la pequeña rubia insoportable, por su parte intentó aportar lo suyo aunque al final casi se muere por caer tontamente intentando llamar la atención al walker que estaba en la misma celda que Glenn. Este último estaba teniendo un ataque y se le estaban llenando los pulmones de sangre por lo cuál parecía más que seguro que había llegado su hora, pero Hershel, y luego Maggie, no estaban de acuerdo y hicieron todo lo posible para recuperar el tubo de respiración que estaba en la boca del walker y a su pesar lo había enviado instantes antes en la red de seguridad para salvar a Lizzie. Pero menos mal que en esta serie todo el mundo es un as de la pistola y es capaz de apuntar al cerebro sin dañar nada más. Estaba seguro de que Glenn o Hershel iban a morir durante este capítulo y casi parecía imposible que se salvaran todos por lo altamente mortal que parecía la enfermedad, pero al parecer los guionistas tienen otras cosas en mente. Y esas otras cosas pasan por la revelación que hubo al final del capítulo y que por lo tanto nos espera unos próximos capítulos muy interesantes.
El personaje de la semana
Si la semana pasada el personaje principal del capítulo era Carol, esta semana este rol se lo llevó Hershel. Agrada, y mucho, que los guionistas le den por fin más importancia a personajes que habían estado algo aparcados de la trama principal y que parecían meros peones que soltaban una frase de vez en cuando. Desde que apareció en la segunda temporada, Hershel aparentaba el rol de la sabiduría (por su edad y su experiencia en la vida), del que todos pedían consejos. Pero desde el momento que perdió su pierna, su rol ha ido decayendo y daba la sensación de que no era de ninguna utilidad, de ahí el hecho de que intentara ayudar y salvar al mayor número posible de enfermos. En este capítulo se vio como se sentía débil frente a la enfermedad y su incapacidad para poder salvar a todo el mundo, y a la hora de la verdad acabar con las vidas de los que ya se habían ido. Al ver su reacción al final del capítulo cuando entró en la celda del médico y se echó a llorar, con la biblia en sus manos, demuestra su voluntad de querer hacerse útil pero que al mismo tiempo no tiene esa fuerza que tienen un Rick, un Daryl o una Michonne. De momento, esta cuarta temporada está logrando algo que le había costado hacer durante la segunda temporada y parte de la tercera, que era la relación entre los personajes pero también mostrarnos el cambio de cada uno de ellos desde que integraron el grupo. Después de este capítulo, se ve claramente que Hershel no es el mismo que hace dos temporadas, y no sólo por el hecho de haber perdido una pierna, y su personaje tuvo que afrontar sólo (aunque por elección propia) algo tan duro como lo ocurrido en Internment (el capítulo de esta semana). Su fe es quizás la que le permitió seguir adelante y darle algo de esperanza a los demás pero, ¿cuánto tiempo seguirá creyendo que todo lo que está ocurriendo es una prueba? Los guionistas han logrado esta temporada darle su importancia a los personajes secundarios y más tiempo de pantalla sin por lo tanto obviar demasiado a los grandes protagonistas (Rick, Daryl, Michonne). Su tiempo también llegará y no sería de extrañar que esté ligado con la reaparición de cierto pirata villano. Y a pesar de que Daryl apenas estuvo presente 30 segundos esta semana, ha sido capaz de soltar una de las suyas mientras hablaba con Hershel.