Después de los últimos minutos del capítulo de la semana pasada, la espera se hizo bastante larga para poder ver este quinto capítulo, que marca la mitad del recorrido de la temporada, que sigue el mismo camino que el resto de capítulos de la temporada cuatro: un avance lento pero seguro. Poco a poco el dibujo se hace más claro y las historias se acercan a un desenlace prójimo dónde más batallas ocurrirán y dónde la sangre volverá a caer. En King’s Landing (Desembarco del Rey) vimos a un joven Tommen ser coronado nuevo rey de los Siete Reinos, y sobre todo a su madre, Cersei, volver a ser sí misma y mover sus peones en busca de lo que desea. Daenerys por fin abre los ojos y se da cuenta que Jorah tenía razón y que antes de conquistar los Siete Reinos, debería quizás empezar por reinar en los territorios que conquistó, a pesar de tener por fin una buena cantidad de barcos. En cuanto a la familia Stark, vimos como Sansa por fin llegó a casa de su tía, aunque sin ciertas sorpresas; y cómo Jon Snow salvó a su hermano sin saberlo, y ese seguir en adelante para alcanzar su meta, sin olvidarse de las aventuras de Arya. Y la peculiar relación entre Brienne y Podrick.
Daenerys Targaryen
Como es costumbre, tenemos tan sólo unos pocos minutos dedicados a Daenerys, aunque ésta vez si valió la pena ver que es de ella. Por una vez, Daenerys actuó como una adulta, y no una niña caprichosa, recordándose lo que le había dicho Jorah anteriormente. Todo ello a pesar de la reciente muerte de Joffrey y la adquisición de casi un centenar de barcos que le permitirían atacar King’s Landing y quizás apoderarse del trono. Pero las malas noticias que le dio Jorah le hizo pensar de nuevo en ese plan y prefirió atrasar el viaje, ya que antes de poder sentarse en el Trono de Hierro debería saber reinar en los lugares que ya conquistó. Imagen interesante que nos da Daenerys, demostrando cierta sabiduría y que por fin no actúa por capricho.
Brienne of Tarth
Momento cómico entre Brienne y Podrick, que se da cuenta que ese último estaba demasiado bien tratado por Tyrion, y como bien lo resumió Podrick: se ocupaba principalmente de llenar el vaso de vino de Tyrion. Ya en el capítulo anterior veíamos como no le gustaba tener que ir en busca de Sansa acompañada de alguien, pero cambió de idea después del discurso de Podrick acerca del hombre que tuvo que matar para salvar la vida a Tyrion. Poco más que contar por el momento, pero lo interesante ha sido ver como poco a poco Brienne está cambiando su visión acerca de Podrick. Además, todo apunta a que ambos sean quienes traigan el toque de humor a la serie, robándole el puesto a Tyrion mientras espera su juicio.
Familia Lannister
Después de unos capítulos dónde la vimos algo apagada, Cersei vuelve al ataque y ya vemos como empieza a mover sus fichas para el bien de su familia, y el suyo. Lo que parecía ser una «batalla» segura entre ella y Margaery por saber si iba o no a ser una candidata para su hijo Tommen, acabó siendo una discusión tranquila y casi política entre ambas dónde vimos como cada una supo usar las palabras adecuadas para no parecer ser una aprovechadora. Por lo tanto, Cersei no parece oponerse a que Margaery sea de nuevo la esposa de uno de sus hijos, sabiendo que la familia Tyrell es la única gran amenaza en los Siete Reinos, pero también la única familia capaz de asumir las deudas de la familia Lannister, que parece haber vaciado sus arcas. Además, después de la discusión que mantuvieron Cersei y Tywin, en la que aprendimos el estado económico de la familia Lannister y sobre todo su deudor, que es nada menos que el banco al que piensa pedir un crédito Davos para permitir a Stannis Baratheon poder competir contra los Lannister. Será por lo tanto interesante ver cual es el desenlace del plan de Davos.
El otro frente abierto que tiene Cersei es el de su hermano Tyrion, y como sabe que le será imposible influenciar el voto de su padre, su mirada se puso en Oberyn. Y para ello uso el punto en común que tienen ambos, su amor hacia sus hijos, pero sobre todo las ganas de venganza sobre la muerte de un ser querido que ha sido injustamente (a sus ojos) asesinado sin poder hacer nada para evitarlo. A parte de querer asegurarse la muerte de su hermano pequeño, Cersei sigue sin olvidarse de su única hija, que está en Dorne (tierra de Oberyn) por culpa de Tyrion. Esa discusión mostró que Oberyn y Cersei tienen mucho en común y que lo más probable es que sus caminos vuelvan a cruzarse de nuevo.
Familia Stark
Y por último, la familia Stark que estuvo bien representada en este capítulo con la presencia de todos sus representantes aún vivos (salvo Rickon). Empecemos por el más aburrido de los Stark esta semana, y curiosamente no ha sido Sansa pero Arya. No hubo nada nuevo en su historia, debido a que ya se conocía su pequeño ritual antes de dormir, aunque sí ha sido interesante ver la reacción de Clegane cuando la niña mencionó su nombre al final, y que ambos quieren matar a su hermano The Mountain. El otro detalle del capítulo es como Sandor Clegane se rio del estilo de combate de Arya que le parece de lo más malo.
La hermana mayor, Sansa, por fin ha llegado a The Eyrie (Nido de Águilas) y conoció a su tía y su primo, que no han perdido ni un ápice de su locura. Lo más interesante en ese aspecto, es la revelación por parte de Lysa Arynn (la tía de Sansa) de los planes de Baelish y que fue ella misma quién asesinó a su propio marido, a petición de Baelish. Un Petyr Baelish que escondió bien su juego, aunque se intuía que había tramado algo pero no semejante plan (asesinar a tantas personas) y demuestra que aún falta mucho por saber acerca de sus intenciones finales, y lo buen estratega que es. Todo apuntaba a que por fin se habían acabado los problemas para Sansa, pero era sin contar sin la locura de su tía, y sobre todo por el gran afecto que tiene su nuevo marido hacia Sansa. Pero si aquello fuera poco, ahora tendrá que casarse, de nuevo en contra de su voluntad, con su primo Robin. Sansa pensaba que al escaparse de King’s Landing la mala suerte se quedaría atrás, pero las cosas siguen siendo igual que antes. Los locos no quieren dejarla en paz.
Por último, los dos hombres: Bran y Jon. Todo apuntaba a un reencuentro entre hermanos Stark pero no pudo ser. Jon Snow, sin saberlo, ayudó a liberar a su hermano, aunque al mismo tiempo lo puso en peligro. Pero aquello era sin contar sobre el dominio casi perfecto de Bran de sus poderes y de su control de Hodor que mató al espía Locke con sus propias manos. Por lo tanto, esa amenaza desaparece, mientras que Bran y su tropa siguen su camino hacia el norte. En cuánto a Jon Snow, logró silenciar a todos los desertores, con la ayuda de Ghost (su lobo), y liberar todas las mujeres. Su pelea con Karl (jugado por Burn Gorman) demostró que es demasiado honesto y que necesitará cambiar su forma de pensar si no quiere que le maten tan fácilmente. Además de recuperar a Ghost, Jon evita que corra la voz acerca de la situación real de los Night’s Watch y probablemente ganará el apoyo de algunos de sus hermanos después de lograr la difícil tarea que tenía delante de sí.
En resumen, el quinto capítulo de la temporada marca ya la mitad del camino, y a pesar de haber sido algo más tranquilo que el resto de los episodios, dejó ciertos momentos interesantes para los capítulos que quedan y nos introduce poco a poco a lo que nos queda por ver de aquí al final de la temporada. Más larga es la tranquilidad en Game of Thrones más sangre se derramará en los últimos capítulos, ya que quedan muchos conflictos por ver. De momento, la serie logra avanzar a un buen ritmo todas las historias (repartiendo el tiempo de pantalla) al mismo tiempo, tarea nada fácil debido al alto número de protagonistas.