Antes de nada, espero que hayan pasado unas felices fiestas de Navidad.
Se está terminando el año y la verdad es que han sido 12 meces bastante pobres en series para mí. No es que la calidad de las novedades no estaban a la altura, más bien no tuve tiempo para ver muchas series de este año. El número es tan bajo que es casi el actual top que tengo preparado. Las otras tres series, estrenadas en 2018, que vi fueron La Peste (de Movistar), Disenchantment (de Netflix) y Single Parents (de ABC). Tanto la serie española como la nueva comedia de animación de Matt Groening me decepcionaron, y la otra me está gustando como comenté hace poco en mi resumen de series vistas.
La culpa a todo esto es de una sola persona: Netflix. Estrenan tantas series que es imposible seguirles el ritmo y es por eso que aún no he podido ver un solo capítulo de Lost in Space, Distrito Salvaje, Altered Carbon, O Mecanismo, Sacred Games y muchas más. A pesar de mi retraso, sí encontré el tiempo de ver series más antiguas o del año pasado, como la muy buena Mindhunter o la interesante Godless, ambas en Netflix. Aunque nada comparado con el hecho de por fin acabar de ver Los Sopranos, que tenía un poco abandonada tras la muerte de Gandolfini.
Sin más dilación, ahí vi mi lista de las cinco series que más me han gustado en el 2018, con la casi totalidad provenientes de la plataforma de streaming Netflix.
5. Grown-ish
Llegada a la edad de poder ir a la universidad, era irremediable que el personaje de Zoey (interpretada por Yara Shaidi) perdiera papel en la muy buena serie Black-ish, y la mejor solución fue darle su propia serie en otro canal de Disney, con un target de adolescentes a jóvenes adultos. Muy lógico ya que la serie Grown-ish, como su nombre indica, se centra en mostrarnos las peripecias de Zoey fuera de casa y lidiando con los problemas de la universidad.
Lo más interesante de la serie es sin duda que se queda con la frescura de Black-ish y su tono. Tan solo gira la temática de mostrar las dificultades y los problemas de una familia acomodada afroamericana a la experiencia universitaria. Simplificando al máximo: sexo, drogas y las relaciones. Con una pizca de exageración sobre el significado de la experiencia del college.
Grown-ish no está a la altura de su hermana grande pero es capaz de crear un producto interesante para la audiencia a la que es dedicada. En ello no se esconde, aún así, es capaz de tratar de temas delicados en Estados Unidos, más aún con este panorama político. Mi única duda era si una serie así iba a lograr llamarme la atención y sobre todo interesarme, y está claro que no la recomendaría a gente que haya pasado, hace tiempo, la barrera psicológica de la tercera década.
4. The Rain (disponible en Netflix)
Primera producción danesa para Netflix, y me puse a ver la serie acordándome de la serie alemana Dark dónde quizás encontraría un producto del mismo nivel. Claro está que más allá de ser producciones europeas, la comparación se queda aquí, cada una es diferente.
Siempre está el miedo de que una serie en el que los protagonistas son adolescentes o jóvenes adultos, pueda perder interés y centrarse en atraer a un público de la misma edad. Nada de eso aquí. The Rain tiene ciertas imperfecciones, en el que te quieres tirar los pelos por las decisiones estúpidas que escogen los protagonistas, pero su trama es muy interesante. Como toda serie apocalíptica. Más aún cuando el enemigo es la lluvia.
En general la serie se deja ver y hasta acabas cogiéndole cariño a estos jóvenes que están bastante perdidos y no tienen más remedio que seguir adelante. El formato corto (de 8 capítulos) ayuda a evitar aburrimientos e ir bastante rápido al grano.
Después del éxito de Riverdale, el creador de la serie (Roberto Aguirre-Sacasa) quiso traer otro personaje de Archie Comics y ese ha sido el de la bruja Sabrina. Si lo primero que te viene en mente es la serie de los 90 con Melissa Joan Hart en el rol principal y su gato parlante, será mejor que te olvides de esa imagen. Aquí estamos en un tono más oscuro, más serio. Una fórmula que de momento me tiene convencido, y de paso tendré que echarle un ojo a su serie hermana.
En esta versión, Kiernan Shipka (Sally Drapper en Mad Men) se encarga de interpretar a la bruja y lo hace de manera convincente. Si tuviera que ponerle un solo «pero» a la serie es que no tengo la sensación de que hayan ido a tope con el tono terror/miedo, y demasiadas pizcas de serie adolescente. No obstante, disfruté mucho viendo las aventuras de Sabrina y tengo ganas de ver la segunda temporada, y el capítulo especial que se estrenó hace poco para las fiestas navideñas. El final de la temporada augura un tono más oscuro y quizás más terrorífico, para el año que viene.
2. Maniac (disponible en Netflix)
Quizás una de las series que más expectativas le tenía, y con razón. Emma Stone y Jonah Hill como protagonistas principales, sin olvidarse de la presencia de Justin Theroux, Sally Feild y Sonoya Mizuno. Detrás de las cámaras: Cary Joji Fukunaga (True Detective, Beasts of No Nation). Ninguno defraudó, aunque puede que el guion haya estado un poco enrevesado por momentos. Pueda que sea un poco complicado explicar qué es Maniac o quizás es como su trama, un experimento con drogas que te hace ver cosas extrañas. Ya con el solo hecho de ver a Emma Stone hacer un mejor Legolas que Orlando Bloom, haya sido suficiente.
Broma aparte, la actuación de los dos actores principales sí es razón suficiente de ver la serie. Puede que en el camino de los diez (cortos) capítulos uno se pierda en la trama pero se aprecia una clara evolución de los protagonistas y sus problemas. Tampoco se puede dejar de lado ese universo tan extraño que mezcla elementos de diferentes décadas, en el que parecemos estar en los 70, luego en los 80 o quizás en los 90. Creando una intemporalidad que me hizo recordar algunos capítulos de Black Mirror, y da una sensación de realismo por muy loco que parezca la idea.
Maniac es una mini-serie muy corta y que se puede disfrutar sin problemas, otro experimento más de Fukunaga (y Patrick Somerville) que se atreve a hacer analogías a la obra literaria más importante de la literatura española, el Quijote.
No sé que podría añadir a todo lo que puse ya en mi análisis de la serie hace unas semanas. El cambio de escenario (de Colombia a México) ha permitido a la serie entregar un enfoque un tanto diferente en el que predomina mucho la astucia. Diego Luna interpreta a un personaje muy interesante, que siempre está dos pasos por delante de sus enemigos y nos entrega un narcotraficante que impone tanto por lo que ha conseguido hacer (reunir todas las plazas), y por esa asombrosa relación que existe entre la droga y la política. En el que existe un juego de poder muy curioso con la figura del bueno y del malo algo confusa.