Frank Castle nunca descansa. O quizás no sabe descansar. Vivir felizmente no parece estar en su ADN, necesita desahogarse rompiendo huesos y bañarse en la sangre de sus enemigos.
Así podría resumir el inicio de la segunda temporada, que muy a su pesar, no supo estar al nivel de la anterior. No fue por falta de intentarlo. Tenemos a un Punisher igual de impresionante, y casi inmejorable, además de un Billy Russo (aka Jigsaw) que está mejor que nunca (metafóricamente hablando).
Esa lucha que acaparó buena parte de la primera temporada, sigue su rumbo en esta y no defrauda, en absoluto. Sobre todo con un Russo que sigue siendo el mismo monstruo, casi peor aún (si eso fuera posible). Incluso con su pérdida de memoria. Con un enfrentamiento que va mucho más allá de querer acabar con la vida del otro, sino más bien de demostrar quién es mejor (moralmente) que el otro.
El único «pero» a esa trama sería la psicóloga (Krista Dumont), al que se le venía venir con sus intenciones desde el primer momento que aparece en pantalla. Ni siquiera su desarrollo me pareció interesante, o lo que supuestamente aporta a la trama.
Mi sensación es que tan solo sirvió para mostrar que Billy tiene un tipo de mujer bien predefinido. Y es una lástima, porque por lo menos vemos una evolución en el personaje de Madani, que sí resulta interesante ver cómo lucha contra sus propios demonios.
Pero luego viene la otra trama, que se coló en esta segunda temporada, siendo la que empieza la temporada con la joven Amy que es perseguida por unos asesinos que quieren recuperar unos documentos comprometedores.
No es que el personaje en sí sea aburrido, todo lo contrario, ya que aporta un matiz importante en la personalidad de Frank, pero la integración a la historia nunca me convenció a lo largo de la temporada. Menos aún el villano de esa trama: John Pilgrim.
Casi entiendo el intento de similitud que se quiso hacer con Castle, pero el mensaje no pasó (por mi parte), ya que la diferencia entre ambos personajes es muy notable. Más allá de que sean dos máquinas de guerra temibles.
Estaba convencido que ambas tramas se iban a cruzar y mezclar y acabaríamos con una lucha entre Castle, Russo y Pilgrim o incluso que estos dos últimos unirían fuerzas para acabar de una vez por todas con The Punisher, pero no.
Me parece una lástima, porque había materia a explorar más y mejor a Pilgrim, sobre todo con el historial que parece tener. No obstante, prefirieron dividir ambos frentes. Con la consecuencia de disminuir el impacto y la importancia que tiene esa trama.
Por supuesto que tenía ganas de saber qué iba a suceder con Amy. Ya que es lo más parecido que ha tenido Frank a una relación padre-hija, pero era imposible competir con el retorcido y desfigurado Russo.
Lo que sí han demostrado, es esa capacidad de integrar personajes de otras series Marvel/Netflix. El mejor ejemplo es sin duda el de Claire Temple, pero no es el único. En ese caso, ha sido el del sargento Mahoney que aportaba una visión externa a toda esta situación.
Aún así, sigue siendo una maravilla ver Frank Castle en acción. Tan solo espero que no sea la última vez que veamos a Jon Bernthal en la piel de Castle, sobre todo después de las anteriores cancelaciones de Netflix con las series Marvel.