Es complicado definir lo que es exactamente Russian Doll ya que tiene ciertas inspiraciones de Groundhog Day con Bill Murray (Atrapado en el tiempo en España) pero la comparación se para en el hecho de repetir el día sin parar. Ya que aquí, vemos a Nadia revivir su cumpleaños cada vez que se muere. Por lo que el título de la serie le va como un guante.
A eso le añades un toque de Black Mirror: Bandesrnatch aunque en este caso tú no eres el que decide qué camino seguir, sino es la protagonista que explora las diferentes vías que están delante de ella y sus resultados finales. Aunque todos tienen el mismo destino: acabar muerta y volver a su cumpleaños.
Si en el papel parece genial poder revivir siempre el mismo día sin consecuencias, llegado un punto uno se vuelve loco. Hasta parece que quizás crees que estás realmente muerto y estás en una especie de purgatorio por haberte portado mal. Un poco como piensan los dos personajes centrales de la serie, Nadia y Alan. Eso o que han perdido definitivamente la cabeza.
Pero más allá de este universo misterioso, en el que se guarda cierta mística de por qué están conectados ambos personajes, y no paran de morir y revivir el mismo día, que ya en sí es un gran aliciente para ver Russian Doll; la medalla se la lleva sin duda ninguna, Natasha Lyonne. Interpretando un personaje tan irreverente que le va como un guante.
Si te gusta el personaje de Nicky en Orange is the New Black, también interpretado por Lyonne, entonces esa es tu serie. Nadia y Nicky tienen un parecido asombroso, y ese cinismo al que la propia actriz definió como el típico neoyorquino de los años 70 le da un encanto a Russian Doll que no existe en otras series. Aquí, la protagonista se come la pantalla, y no sería nada sorprendente que reciba alguna nominación por su actuación.
Si no fuera poco, detrás de esta fantástica serie, están tres mentes brillantes: la propia Natasha Lyonne, Amy Poehler y Leslye Headland (que también dirige la mitad de los capítulos) que se han juntado para crear algo extraño y cautivador. Y es ahí que te das cuenta de la utilidad de una plataforma como Netflix, que no teme en atreverse y arriesgarse en apuestas que no tienen cabida en la televisión tradicional.
Russian Doll es una serie con un formato adecuado que te permite verla un sábado o un domingo de lluvia en tu casa y encadenarte los 8 capítulos de apenas 25 minutos cada uno y quedarte encantado con lo que acabas de ver. Hasta se vale por sí sola, sin necesidad de hacer una segunda temporada. Por mucho que faltan dudas sin contestar.
Puede ser que el mensaje final de la serie sea un poco cursi, pero qué más da. Por una vez, no viniste para tomar una lección sobre la importancia de la amistad, sino para ver a Nadia Vulvokov perder los papeles.