Parece increíble pero llevamos ya diez años esperando esta película, o mejor dicho, este enfrentamiento entre Thanos y los Vengadores. Entre el estreno de Iron Man y el de Avengers: Infinity War, hemos podido apreciar 16 (17 si tomamos en cuenta The Incredible Hulk) películas firmadas por Marvel, con la inclusión el año pasado de un tal Spider-Man en el universo capitaneado por Kevin Feige. Para los más fans de este universo o incluso de los cómics en general, hemos podido ver cómo poco a poco se iban introduciendo referencias a ese gran villano que es Thanos, e incluso hizo breves apariciones pero quedando siempre en segundo plano. De cierta manera, Avengers: Infinity War es el grand finale que llevamos esperando, y no ha defraudado en ningún momento; a pesar de la complicada tarea de tener en pantalla a tantos protagonistas. Ya en los carteles promocionales se ve una infinidad de héroes y personajes secundarios con Thanos, con ciertas ausencias notorias. Aunque en ese apartado preferí huir las noticias relacionadas a ese tema, para evitar perderme el efecto sorpresa, porque no me interesa saber de antemano si podré ver o no a personajes como Hawkeye o Ant-Man. Lo mismo con las noticias clickbait del estilo: «¿Matará Thanos a Tony Stark? o ¿será el final de Steve Rogers?, vamos que a película tan importante, las «noticias» para atraer al lector se han multiplicado. En mi caso, no habrá nada de eso en la crítica que tienes a continuación. No contiene ningún spoiler de la película. Por lo cual comentaré lo mínimo posible el desarrollo de la historia, salvo lo que se haya visto en los tráilers.
El villano de los villanos: Thanos
Si en el universo de los cómics (sea Marvel o DC) hay quizás un villano que sobresalte del resto en cuanto a potencia (por lo menos para mí), sin duda ese es Thanos. Pero si miramos los últimos diez años de películas Marvel, uno se da rápidamente cuenta que uno de los puntos más débiles han sido sus villanos – y sus bandas sonoras aunque para ello recomiendo ver este vídeo (The Marvel Symphonic Universe, en inglés) que explica muy bien el problema – o mejor dicho su uso en las películas. Y pocos serían capaces de decirme el nombre de un villano que haya sido memorable, y que no tenga como nombre Loki (no es por nada que aparece en más de una película), que incluso años después se quede grabado en la memoria. Personalmente, ninguno me pareció sobresaltar, como mucho puede ser el caso de Red Skull, pero más por su aspecto que por cualquier otra cosa. Aunque claro está, que estoy hablando del villano de la primera película de Captain America y ya llovió mucho, pero incluso los más recientes no me han dejado un gran impacto. Quizás sea por el hecho de que acaben derrotados sin tanto esfuerzo de lo que uno quisiera, y no lo digo por desprestigiar a los Guardianes de la Galaxia que tuvieron que recurrir a una de las piedras infinitas (uno de los temas de la película que comentaré más adelante) para acabar con Ronan.
Es por eso que me alegré mucho al saber que la tercera película de los Vengadores tendría como villano a Thanos. O casi debería decir como protagonista principal. Por mucho que la película se titule Avengers: Infinity War. Para mí, incluso antes de ir al cine, el eje central tenía que ser Thanos. Las piedras infinitas solo eran una parte de la trama pero nunca lo primordial. Claro está que cuando llevas año esperando este momento, tus expectativas están muy altas, pero el gigante de púrpura no defraudó ni un solo segundo. El «padre» de Gamora estuvo a la altura, e incluso más allá de lo esperado y demostró ser el tirano que es a través del universo. Tanto es que sus esbirros de la Orden Negra (Black Order en inglés) apenas tuvieron tiempo en pantalla para dejar un impacto, a pesar de que tiene miembros interesantes. Claro está que no es nada fácil encajar todas las piezas de este gigante puzle, incluso en un largometraje (160 minutos) como este. Es cierto que se explica claramente las intenciones de Thanos, y el por qué de su busca de las piedras infinitas, pero su pasado fue contado lo justo como para tener una breve idea de su infancia en Titan, una luna de Saturno.
Por supuesto que iba a ocurrir un enfrentamiento entre el villano y los superhéroes, ya que ese era la mejor manera de demostrar el poder destructor de las piedras infinitas pero también del propio Thanos que es capaz de luchar de tú a tú contra un grupo de Vengadores. Mostrar su fuerza bruta era el mejor argumento para la película, aunque no es desdeñable su tenacidad a la hora de ir en busca de todas las piedras infinitas, sobre todo una en particular, con el fin de cumplir con lo que se había propuesto. Aunque en ese aspecto se separa un poco de las historias en los cómics, en el que la última meta de Thanos es aniquilar la vida en todo el universo, y no solo la mitad, para complacer a su amada la Muerte (en el sentido literal).
El impacto que ha tenido Thanos en esta película, y para lo que está por venir, es incluso más fuerte que el desenlace de Civil War. Para los que no se acuerdan, hubo un enfrentamiento entre el clan Captain America y el clan Iron Man que provocó de cierto modo el final de los Vengadores y la separación del grupo. Un impacto que ha dejado grandes secuelas y que son bastante notables aquí. Si hubo un antes y un después tras Captain America: Civil War, también lo habrá aquí con la aparición y actuación de Thanos en la Tierra. Lo único malo es que habrá que esperar un año para ver que pasa ahora.
El mayor crossover que jamás hayan visto
Kevin Feige había prometido un número increíble de protagonistas en la película y con su frase sobre el mayor crossover jamás visto creó un meme que seguirá para mucho tiempo. Pero es que tampoco haya sido una exageración. La casi totalidad de los personajes principales y secundarios estaban presentes en Avengers: Infinity War y los hermanos Russo (los directores de los dos últimos Captain America y esta obra) han sido capaces de hacer malabares con tanto héroe como para encajarlos todos a la perfección. Con una preferencia por un grupo «capitaneado» por Rocket Raccoon y un cierto Dios noruego. La verdad es que después de ver la película, me pareció una tarea increíble el ver a tantos personajes usado de manera adecuada sin que ninguno dé la impresión de estar ahí porqué sí. Quizás con la excepción de dos o tres roles secundarios, pero aún así no tenía sentido que estuvieran más tiempo presentes en la película. También ha permitido mezclar un poco ese gran grupo de superhéroes para tener colaboraciones bastante peculiares, y que permite mostrar el enfrentamiento de egos que tienen alguno de ellos.
Si antes dije que Thanos era el mejor argumento de la película, el otro aspecto notable, aparte del casting de actores, es la acción de la película. Creo que era importante en que la película no se parara demasiado tiempo en charlas entre los personajes, ya que el eje de la historia o la temática de la película se ha ido construyendo a lo largo de estos diez años. Aquí lo que hacía falta era mostrar a Thanos (y sus secuaces) contra los Vengadores. Las peleas, sí en plural, fueron apoteósicas y muy bien orquestadas, para el gran disfrute de los fans. Dejando casi en segundo plano el humor abundante en general en las películas Marvel. Ahí está para mi la diferencia con un Age of Ultron que no estuvo a la altura, y no supo reinventarse después de la primera iteración de los Vengadores que reunía por primera vez a Thor, Iron Man, Captain America, Hulk, Black Widow y Hawkeye. Aquí ya conocemos a todo el mundo, y no era necesario tener que introducir cada vez a los nuevos, aunque si permitió ciertas situaciones cómicas. Claro está que algunos de los pesos pesados tienen más protagonismo pero ahí está la brillantez de los Russo y es que todos son igual de importantes en la historia y en la defensa de las piedras infinitas frente a la amenaza que representa Thanos.
Desde el primer instante que empieza la película, hasta su final, el ritmo avanza sin pausa, soltando confrontaciones a diestro y siniestro para tenernos maravillados de ver a nuestros queridos héroes luchar juntos frente a un enemigo común, con un desarrollo que sigue su curso hasta el desenlace final. La belleza de la película es la posibilidad de poder ver por fin a los nuevos en el núcleo duro que eran los Vengadores, ver a Spider-Man con Doctor Strange, o Thor con los Guardianes de la Galaxia, Black Widow luchar junto a Okoye y mucho más. Por lo que si empiezas la aventura con esta película, vas a estar muy perdido/a ya que arrastra diez años de historias, y tampoco estoy diciendo que es necesario ver las 17 películas anteriores, pero si las más importantes (Avengers, Civil War, Guardianes de la Galaxia, …) ya que han permitido ser el hilo conductor hacia un final, o enemigo, esperado: Thanos.
Y ahora qué?
Si el estreno se adelantó una semana, antes estaba previsto para salir el mismo día, diez años después, del estreno de Iron Man, como si fuera la guinda del pastel después de todo este tiempo. Aunque claro está que Avengers: Infinity War ni siquiera marca el final de la Fase 3 – aún tenemos la segunda entrega de Ant-Man y el debut tan esperado de Brie Larson en la piel de Captain Marvel – ya que ese honor es para Avengers 4. Casi parece increíble imaginar dos películas de los Vengadores en un lapso de tiempo tan corto, aunque al principio Marvel había imaginado hacer ambas entregas como una continuación. Menos mal que no ha sido así y hemos tenido un verdadero final, sin embargo nos deja con muchas dudas, y ha sido capaz de crear una expectación que parecerá durar mucho más de un año. La gran pregunta es saber ¿qué pasará después de que apareciera en acción Thanos?, que van a hacer los Vengadores. El impacto que dejó en los héroes se podría comparar con la guerra fratricida ocurrida en Civil War, pero amplificada por mil. Es improbable que se mencione lo ocurrido en Captain Marvel (la película ocurre en los años 80) o incluso en Ant-Man. Lo único seguro es que Avengers: Infinity War dejó el listón muy alto y tendrá a los fans muy contentos, y las arcas de Disney aún más llenas. Ahora solo nos queda empezar las conspiraciones y teorías más alocadas para intentar descifrar lo que nos espera, y también la aparición de millones de artículos clickbait que ya han empezado a florecer en la web pero que no aportan nada.
Lo único malo es que si no fuera por el precio de las entradas en Suiza (16 eurazos) habría ido a ver la película más de una vez para deleitarme de una aventura desmesurada de la que tardaré mucho tiempo en recuperarme.
Pequeño detalle aparte para los que no se fijaron mucho en los créditos, pero me parecía interesante ver por ejemplo el nombre de LucasFilms (o filiales de la empresa) aparecer en la participación del montaje de la película (en efectos especiales, tanto sonido como imagen), en el que habrán participado más de 500 personas o eso parecía, demostrando la importancia del imperio de Disney.