Después del cliffhanger que tuvimos la semana pasada, con Bob en manos de Gareth y sus amigos caníbales, era de esperar una reacción por parte de Rick y los demás. Después de habernos acostumbrados a ello con el Gobernador y los diferentes ataques entre ambos grupos, todo apuntaba a que ocurriría lo mismo con Gareth a lo largo de la temporada. Pero en ningún momento pensaba que la confrontación final pudiese ocurrir en el tercer capítulo, ya que como lo dije la semana pasada veía a Gareth como el probable malo/enemigo de la 5ª temporada. También era de esperar ver por fin a Beth y descubrir dónde se ha metido. En este caso, habrá que esperar a la semana que viene para por fin aclarar las cosas con ella.
El capítulo empezó como acabó la semana pasada, con Gareth y sus amigos saboreando la pierna de Bob en un campamento de fuego, con un grupo de walkers de fondo. Una paradoja bastante interesante y que demuestra que al final los humanos no son tan diferentes que los muertos hambrientos. Pero al mismo tiempo que quizás los humanos son incluso más peligrosos para sí mismos que los walkers. Ese era en gran medida el mensaje que quiso transmitir el capítulo de la semana, que a pesar de no tener tanta acción y ser incluso más tranquilo que la semana pasada, con la excepción de lo ocurrido en la Iglesia. Porque cuando todo parecía un cuento de hadas en el capítulo 2, se esfuminó rápidamente cuando Rick y los suyos vieron como faltaban 3 miembros del equipo. Pero si no fuera poco, a Ford se le acabó la paciencia y apresuró a Rick a irse ya a Washington, porque veía como la seguridad de Eugene peligraba con Gareth y los caníbales. Una reacción un tanto precipitaba porque hace tan solo una semana le decía a Rosita que era mejor esperar hasta convencer a Rick de acompañarlos a Washington. Al final no logró que el equipo entero se fuera con ellos, aunque tiene el consuelo de llevarse a Glenn y Maggie. Y Tara claro. El grupo se vuelve a separar, aunque esperemos que no tardemos toda la temporada en verlos reunidos de nuevo, al estilo de la 4ª. Mejor así ya que en general hay más peligro estando en movimiento que en el mismo lugar.
Pero volvamos al momento más interesante de la semana, la emboscada que le tendió Rick a Gareth en la Iglesia. Como lo dije al principio, no me imaginaba que las cosas acabarían tan brutalmente, sobre todo viendo lo ocurrido en las anteriores temporadas. El problema es que Gareth hizo despertar al verdadero Rick, y no el inútil y cobarde que vimos en la cárcel, y ese Rick no es de perdonar. Tampoco perdió mucho tiempo y mató sin pestañear a Gareth y todos los demás que estaban con él. Se le había escapado la ocasión al principio de temporada porque se lo impidieron sus compañeros, pero al haber secuestrado a Bob las cosas cambiaron y no le costó convencer a los demás. Un momento brutal, al matar a sangre fría a los caníbales y poniendo fin al arco Terminus y mostrando que hasta los «buenos» humanos que pueda quedar, no dudarán en eliminar cualquier amenaza hacia el grupo. Porque de eso se trata en gran parte The Walking Dead, la evolución de los que han sobrevivido y que al fin y al cabo, los humanos son una mayor amenaza que los walkers. Con el vacío de Gareth como el enemigo del grupo, queda por descubrir quién será la próxima amenaza para Rick, y puede que tengamos alguna respuesta la semana que viene al descubrir, por fin, dónde está Beth y quién se la llevó. Quizás Daryl tenga la respuesta eso, o por lo menos su acompañante misterioso (que no es Carol).
Por último, otro aspecto clave del capítulo ha sido la muerte de Bob, un personaje que no empezó bien cuando apareció pero que poco a poco logró cambiar y hacerse mejor. Su muerte no ha sido tan espectacular que otros protagonistas mayores, pero no quiere decir que no dejará una huella, sino más bien lo contrario. Eso se debe a su actitud más que positivista que se le pudo ver a lo largo de esta temporada, incluso hasta el último momento, y su mensaje a Rick. Aunque de momento todo apunta a que estamos en una nueva etapa oscura para Rick y los demás, con la diferencia de que ahora están más unidos, y no cambia tanto la separación del grupo en dos. Lo de Ford era de esperar, ahora queda por ver cuándo y cómo Rick se irá también de camino a Washington. Pero antes nos queda por averiguar una de las dudas que faltan por resolver desde hace tiempo, Beth. Ya que poco tardamos en descubrir cuál era el secreto de Gabriel y lo que hizo a su congregación.