Quizás de las cuatro series que Netflix se comprometió a hacer sobre personajes de Marvel, Luke Cage es el más conocido de todos. Con todo el respeto de Daredevil. Es cierto que el diablo de Hell’s Kitchen tuvo una (desastrosa) adaptación cinematográfica que le permitió hacerse conocer al mundo entero. Pero si nos abstenemos únicamente al mundo del que proceden, los cómics, Luke Cage ha tenido una gran carrera. Tiene un currículum impresionante, y pocos son los héroes Marvel que no habrán «trabajado» con Power Man. Hasta tiene una serie con Iron Fist (simplemente llamada Power Man & Iron Fist), aunque será poco probable que esa colaboración ocurra antes de The Defenders. Aunque lo más interesante de Luke Cage es su creación, y su inspiración, ya que permite explicar (y comprender) mucho mejor la serie Netflix. El personaje fue creado en la época de los 70, en pleno apogeo de la blaxploitation (Shaft siendo quizás el ejemplo mejor conocido fuera de Estados Unidos), en el que la comunidad afro-americana estaba al centro de esas películas hechas por ellos y para ellos principalmente, con el fin de reivindicarse.
La historia de Harlem
Avancemos 40 años y con el estreno de Luke Cage en Netflix y se puede apreciar que las raíces no se han perdido. Puede que la serie no sea una copia de las películas del género pero lo que si se destaca a lo largo de los 13 capítulos, es esa voluntad de hacer resonar en el espectador que los afro-americanos también han tenido personalidades importantes. Aunque el problema es que quizás será complicado para gente que apenas conozca la historia de Estados Unidos, sea capaz de conocer los diversos nombres que sueltan los protagonistas (Walter Mosley o Crispus Attucks por ejemplo). Pero todo eso sirve para justificar en cierta medida la trama de la serie, sobre todo al situarnos en Harlem. El personaje de Cottonmouth me pareció muy similar a lo que vimos en Daredevil con Fisk, aunque no tan carismático. Existen similitudes entre los dos villanos, aunque también hay mucho que les separe. Al igual que Fisk, Cottonmouth, aspira a liderar Harlem y crear un futuro mejor para su barrio. Para ello se hace con la ayuda de su prima Mariah Dillard, concejala en Harlem y la cara pública del «imperio» familial. Es cierto que Cottonmouth no dejará un impacto igual de grande que lo hizo el Fisk de Vincent D’Onofrio, a pesar de la muy buena actuación de Mahershala Ali, pero la verdad es que la serie ofrece mucho más que ese villano, es más, tenemos varios villanos que intentan tomar el control de Harlem. La propia prima de Cottonmouth resulta ser un personaje muy interesante, o Shades (interpretado por Theo Rossi) que aparece como hombre de confianza de Diamondback, que no aparece hasta muy bien avanzada la serie.
Además, si tenemos en cuenta el hecho de que Luke Cage es un hombre indestructible (o casi), la serie necesitaba darnos algo más que unos simples villanos que intentan matar al héroe. La verdad es que esa era mi mayor duda para la serie. No es lo mismo tener a alguien como Matt Murdock que sí puede recibir palizas y por lo tanto está al mismo nivel que los malos a los que se enfrenta, que alguien que es capaz de crearse un pasaje atravesando las paredes. Pero al final, no es tanto una lucha física entre dos personajes (como sí pudo serlo entre Daredevil y Fisk) sino más bien una partida de ajedrez en el que los oponentes intentan poner en jaque al contrincante. Cottonmouth, y Mariah Dillard, intentando deshacerse de Cage a toda costa y sea como sea, mientras que ese quiere ver a los dos en la cárcel por ser unos criminales, y si tiene que saltarse la ley para lograrlo, pues lo hará.
Si Daredevil se centró más en el dolor físico (con peleas muy reales e inolvidables), y Jessica Jones en lo psicológico, ¿que quedaba para Luke Cage? Sobre todo que la serie ocurre poco tiempo después de los hechos en Jessica Jones y estamos ante un Luke Cage que prefiere dar un paso atrás y no tener que usar sus habilidades. Ahí está quizás el mayor interés de la serie, y sobre todo de los protagonistas. El intento de descubrirse a sí mismo y saber qué rol tiene uno en su mundo, o más precisamente en Harlem. Porque Harlem es un personaje clave de la serie, que permite transmitir el mensaje de los protagonistas pero también les hacen como son. Todos quieren lo mejor para Harlem, aunque cada uno tiene una visión muy diferente de cómo realizar su sueño. Resulta ser muy interesante ver que un personaje como Pop ha tenido un impacto en casi todo el resto de protagonistas, y el respecto que le tienen todos; pero aún así, cada uno ha ido por un camino diferente.
Bulletproof Love
La otra gran influencia en la serie que merece la pena destacar, es la música, y principalmente el Hip Hop. No hace falta ir muy lejos para ver la importancia que tiene la música en la serie, ya que el título de los episodios son el nombre de canciones del grupo Gang Starr. O el enorme poster de Notorious Big. No es casualidad que buena parte de la serie ocurra en la discoteca Harlem’s Paradise, propiedad de Cottonmouth, con actuaciones en directo. Está claro que Cheo Hodari Coker (creador de la serie) quiso recrear las influencias del cómic adaptándola a nuestra época, y no lo podría haber hecho mejor. Tanto la influencia del Hip Hop como de la cultura afro-americana permite dar a Luke Cage un tono personal, que se distingue de Daredevil y Jessica Jones, y no solo por una cuestión de color de piel, sin por lo tanto ser demasiado diferente de las series Marvel de Netflix. Iba a resultar muy complicado atraer al espectador con la promesa de darle acción, porque no existen demasiadas personas capaces de competir de tú a tú contra Cage, aún así las escenas de «acción» están bien realizadas. A pesar de saber de antemano que las balas no le hacen daño a Luke Cage. Otra vez más, Netflix demuestra que el universo que está creando con las series Marvel, se destaca bastante de lo que tenemos en las grandes pantallas, y eso se debe a que es más fácil desarrollar la personalidad de los protagonistas en 13 capítulos de 50 minutos que en una película de dos horas. Existe una evolución de los personajes, y la vemos a lo largo de los episodios, en el que ninguno es el que era en el primer episodio.
De manera general, Luke Cage se centra en una narración más o menos similar a lo visto en Daredevil y Jessica Jones, o mejor dicho, no pierde la esencia de las series de Netflix. Aún así, es capaz de separarse de ambas series y contar una historia propia con una trama y unas temáticas que muy pocas series o películas son capaces de hablar hoy en día. Además parece un muy buen homenaje a lo que fue el blaxploitation en su época, y la importancia de los afro-americanos en Estados Unidos. Claro está que ese no es la única razón por ver la serie, el casting de actores presentes está al mismo nivel que las otras dos, Rosario Dawson sigue igual de excelente en su papel de Claire Temple y resulta cada vez más interesante ver a su personaje en pantalla, y la historia que nos cuenta a través de los 13 capítulos logra cautivarnos y nos dan ganas de ver qué va a pasar con Luke Cage en The Defenders o en una posible segunda temporada. Lo mejor de Luke Cage es que es una serie sobre un superhéroe aunque como bien lo dicen en la serie, si se le quita su habilidad, es un tío normal que intenta vivir una vida normal y solo quiere lo mejor para su gente y su ciudad. Le costará asumir ese rol de héroe que intenta huir pero poco a poco se dará cuenta que él es el único capaz de parar en seco a los tíos malos.